El coronavirus ha modificado nuestras vidas de forma súbita e inesperada
La pandemia ha modificado nuestras vidas de forma súbita e inesperada. Creo que todavía no alcanzamos a comprender hasta qué punto esto ha sido así, y cuál será su alcance en el tiempo.
Muchas familias han perdido seres queridos o han sufrido las secuelas de la enfermedad en alguno de sus miembros. Otros han perdido sus trabajos, sus negocios o su forma de vida. Muchas actividades han visto alterada su forma de trabajar. Se han tenido que adaptar a las nuevas circunstancias y cómo no, también ha habido quien, no pocos, ha sabido aprovechar la oportunidad para enriquecerse y explotar las nuevas necesidades, tanto en bienes como en servicios.
En lo que se refiere a nuestra actividad, en el cuidado de la salud reproductiva, se ha observado un significativo descenso en los nacimientos durante el periodo de pandemia. El miedo y la incertidumbre han llevado a muchas parejas a aplazar la maternidad. Esto sin duda se reflejará en muchos aspectos importantes en el futuro, tanto sociales como económicos. Desde el punto de vista sanitario, aplazar la maternidad significa aumentar los problemas de salud asociados al embarazo y parto, junto con un aumento de la esterilidad. Los nacimientos en 2020 fueron casi un 6% menos que en 2019 con cifras que no se repetían desde 1941. Es de esperar por la cronología natural de los procesos, que en 2021 el impacto de esta tendencia sea mucho mayor. El año 2020 empezó con 30.287 nacimientos en enero y finalizó con 23.019 en diciembre.
Esta es una consecuencia de la pandemia que no ocupa primeras páginas pero que seguramente impacte de forma más profunda en nuestras vidas y las de las próximas generaciones.