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‘El camino para generar espermatozoides humanos de forma artificial nunca ha estado más despejado’. Con esta frase comienza su artículo un periódico de prestigio y de difusión nacional. Existen otros ejemplos de informaciones que se publican en torno a investigaciones científicas y su posible aplicación o su potencial beneficio para pacientes que luchan contra enfermedades. Desde hace años, muchos grupos de investigación vienen reclamando protagonismo con logros en la ‘curación ‘ de la diabetes en modelos animales usando células madre de distinta procedencia. Alguien, en un arrebato de narcisismo, ha llegado a decir cosas como ‘lograré la curación de la diabetes en 10 años’
Vaya por delante mi absoluta admiración y agradecimiento a los investigadores que dedican su vida y esfuerzo con muy escasa recompensa, al progreso de la ciencia básica o aplicada. En la inmensa mayoría de las ocasiones esa recompensa es mucho menor que el valor de los avances o conocimientos que aportan al progreso del conocimiento y con ello al progreso en el tratamiento, prevención o curación de enfermedades y padecimientos que nos afectan.
Lo que me produce un sarpullido, náuseas y vergüenza, es la difusión de avances asociados a potenciales beneficios futuros que en muchos casos NUNCA llegan a alcanzarse y que tienen dos consecuencias que me gustaría resaltar, aparte de muchas otras sobre las que no voy a poner el foco.
La primera es la aparición en la prensa de ‘protagonistas’ que con fines más o menos lícitos buscan notoriedad, y a fe que la consiguen. Nada gusta más a un periodista que lanzar una buena noticia o la esperanza de la curación de una enfermedad grave, y de eso se aprovechan algunos colegas con pocos escrúpulos.
La segunda y es la que más me duele, la generación de una esperanza y una expectativa entre las muchas personas afectadas por la enfermedad y sus familiares, amigos, conocidos, que en la mayoría de los casos no se ve concretada en un avance o en una mejora en el tratamiento de su enfermedad.
Todas estas ‘noticias’ contribuyen a crear la falsa imagen de la medicina todopoderosa que consigue vencer cualquier enfermedad, limitación o dolencia y que por tanto no puede fracasar o detenerse ante ninguna circunstancia.
El progreso de la medicina está siendo exponencial, paralelo al progreso en el conocimiento en otras áreas, pero tiene sus limitaciones y sus reglas que no pueden saltarse en ningún caso. La mayoría de los potenciales fármacos, o técnicas diagnósticas que se investigan en sus primeras fases de desarrollo no logran alcanzar las condiciones necesarias para su aplicación práctica, probablemente, menos del 1 % pueden recorrer todo el camino. Mi llamada es a la prudencia en las frases y en la divulgación de avances en investigación básica que seguro tienen un potencial brillante, pero que en la mayoría de los casos quedan en nada y dejan en el camino un daño irreparable si se han convertido en la esperanza para personas que sufren.