La seguridad en los tratamientos de reproducción asistida

La seguridad en los tratamientos de reproducción asistida

Desde el nacimiento del primer ‘bebé probeta’ se han producido algunos casos de confusiones, o errores humanos en la manipulación o asignación de los gametos o embriones a la pareja correcta. Cualquier actividad humana está expuesta al error humano y esta no es una excepción. Cuanto mayor es la actividad en los centros y mayor es el número de personas que intervienen en el proceso, existen más momentos “de riesgo” para que se produzcan circunstancias como esta.

Como es natural, la seguridad es un aspecto que consume gran cantidad de recursos y de trabajo en diseño e implementación de procesos que hagan ‘imposibles’ este tipo de confusiones. Los sistemas son múltiples, desde aquellos basados en procesos seguros con doble o triple testigo para cada uno de los pasos que componen toda la manipulación de los gametos y embriones, dobles testigos que documentan de forma fehaciente la identificación y el emparejamiento de cada muestra con su propietario.

Hay sistemas que implican la adopción de medidas tecnológicas que evitan el error. El sistema Witness, es el que hemos elegido en nuestro centro y consiste en que cada una de las muestras, semen, óvulos o embriones, se identifican con radiofrecuencia por medio de etiquetas que son portadoras de códigos cuyos propietarios son los propios pacientes que poseen una tarjeta que les asigna el sistema y que guardan en su poder que identifica en cada momento clave que los óvulos, espermatozoides o embriones que se están usando son los que les corresponden a ellos y no a otra pareja.

Sistema de identificación por radiofrecuencia de óvulos, espermatozoides y embriones

Sistema de identificación por radiofrecuencia de óvulos, espermatozoides y embriones

Estos códigos no son visibles ni manipulables por ningún medio y son leídos por placas que se encuentran en cada una de las áreas de trabajo por la que deben pasar las muestras biológicas, incluido el quirófano donde se realiza la extracción de ovocitos y la transferencia de embriones. Este sistema se suma a los que ya se llevan a cabo y que se basan en identificación con códigos alfanuméricos de los ciclos, y las placas donde se manipulan los gametos, y que son revisados de forma sistemática por dos personas antes de la inseminación o transferencia.

Esto supone un incremento en la seguridad que no podemos decir que sea notable, puesto que ya era muy alta, pero reduce prácticamente a cero la posibilidad de errorEl coste para las parejas es nulo y lo asume por completo la clínica, que demuestra así que su máxima prioridad es poner a disposición de los pacientes mejoras técnicas y de procedimientos que supongan una mayor seguridad o un incremento en la eficacia de los tratamientos.

Según la teoría de Pareto nos encontramos en unos niveles de seguridad prácticamente absolutos en los que pequeños avances suponen un gran coste que no dudamos en asumir porque tenemos siempre muy presente que a veces el valor monetario de algunas cosas es el último argumento que se debe analizar y tener en cuenta para decidir sobre el uso de una tecnología que aumenta la seguridad y la confianza de nuestras pacientes.