La infertilidad masculina

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La infertilidad masculina

El embarazo se produce tras la unión de un espermatozoide y un óvulo (fecundación) que se aloja e implanta en el útero. Además, la presencia de espermatozoides es imprescindible para la consecución del embarazo y por tanto, su ausencia o su mal funcionamiento conduce a la esterilidad.

El factor masculino es, entre los causantes de esterilidad, el más accesible para investigar y también el más desconocido en cuanto a causas y tratamientos que puedan ‘curar’ las anomalías que encontramos en su análisis.

La prueba básica, aunque no la única, para analizar este factor es el seminograma. Consiste en analizar una muestra de semen que debe haberse obtenido en determinadas condiciones. Se pueden observar múltiples parámetros, tanto de los espermatozoides como del plasma seminal, pero los esenciales son la concentración o número de espermatozoides por mililitro, la movilidad y el estudio de la morfología. De este análisis se obtiene una conclusión en una sola palabra, normal o alterada (ej, oligoastenoteratozoospermia) que explica cuales de los parámetros están alterados. ‘Oligo’ se refiere al número, pocos. ‘Asteno’ se refiere a la movilidad, por debajo de la normal y ‘terato’ se refiere a la morfología, porcentaje de espermatozoides con anomalías en la forma mayor del normal.

Es más raro encontrar parejas en las que el factor masculino se debe a alteraciones en el coito, en estos casos debe buscarse la causa y si es posible aplicar el tratamiento indicado.

Existen pocas posibilidades de que algún tratamiento mejore los parámetros del análisis seminal cuando están alterados, aunque hay muchos complementos alimenticios con antioxidantes y elementos que se atribuyen un efecto beneficioso terapéutico (esto no se ha demostrado de forma suficiente como para poder afirmarlo).

Lo que si es posible es conseguir un embarazo mediante técnicas de reproducción asistida. Por muy alterados que estén los parámetros seminales, si hay algún espermatozoide en el eyaculado o en el testículo, se puede usar, y mediante la técnica adecuada, llevarle a fecundar un óvulo y por tanto a dar lugar a un embarazo.

La forma de afrontar esto por parte de las parejas ha cambiado mucho en los últimos años, aunque todavía hay personas que piensan que el hecho de tener una erección y eyacular es la demostración de la fertilidad del varón, la mayoría afrontan el problema con una mentalidad mucho mas abierta.